Fjaðrárgljúfur es un cañón de impresionante belleza situado en el sur de Islandia, famoso por sus espectaculares formaciones rocosas y sus aguas cristalinas. Esta maravilla natural lleva muchos años atrayendo a visitantes de todo el mundo, y con razón.
El cañón tiene unos 100 metros de profundidad y se extiende a lo largo de unos 2 kilómetros, con paredes escarpadas que se elevan hasta 100 metros en algunos lugares. El río Fjaðrá fluye por el cañón, creando muchas pequeñas cascadas y rápidos a su paso. El paisaje es realmente sobrecogedor, y el tamaño y la escala del cañón hacen que los visitantes se sientan pequeños e insignificantes.
Se cree que Fjaðrárgljúfur se formó durante la última Edad de Hielo, hace unos 9.000 años, cuando las inundaciones glaciares esculpieron la roca y crearon el cañón. Desde entonces, el río ha seguido erosionando la roca, dando forma y esculpiendo el cañón hasta convertirlo en la sobrecogedora maravilla natural que vemos hoy.
Durante muchos años, Fjaðrárgljúfur fue un secreto bien guardado, conocido sólo por unos pocos excursionistas y fotógrafos aventureros. Sin embargo, el cañón acaparó la atención internacional en 2015 cuando apareció en un vídeo musical de la estrella del pop Justin Bieber. El vídeo, rodado in situ en el cañón, recibió millones de visitas en YouTube y situó a Fjaðrárgljúfur en el mapa como destino obligado para los turistas que visitan Islandia.
Por desgracia, la repentina afluencia de turistas también ha tenido un impacto negativo en el frágil ecosistema de Fjaðrárgljúfur. Para proteger el cañón, el Gobierno islandés lo cerró a los visitantes en 2019, alegando preocupaciones por la erosión y los daños causados por el tráfico peatonal. Aunque esta decisión era sin duda necesaria para preservar el cañón para las generaciones futuras, fue recibida con decepción por muchos turistas que habían planeado visitarlo.
Hoy en día, Fjaðrárgljúfur permanece cerrado a los visitantes, pero el cañón aún puede apreciarse desde la distancia. Los visitantes pueden admirar el cañón desde varios miradores a lo largo de la carretera cercana, o hacer una excursión por los senderos de los alrededores para verlo más de cerca. Aunque no sea posible situarse al pie del cañón y sentir su grandeza en persona, la belleza de Fjaðrárgljúfur sigue siendo digna de contemplar.